Restauración de casas parroquiales en Navarra
- Residencia Tulpa
- 11 ago 2017
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Veintiséis residentes del Colegio Mayor Goroabe se han puesto manos a la obra para restaurar varias casas parroquiales de la geografía navarra, a lo largo de este verano.
Todo comenzó cuando a finales de mayo, varias residentes del colegio mayor pensaron que también podían hacer labores de voluntariado aquí mismo, en Navarra. Se pusieron en contacto, a través del Arzobispado, con Don Jesús María Sotil, responsable de varias parroquias del norte de Navarra. Éste les explicó que hay muchas iglesias en Navarra, que son un auténtico patrimonio cultural ya que datan, algunas de ellas de los siglos XIII o XV, y que se mantienen gracias a los ingresos obtenidos por los alquileres de las casas parroquiales de dichos pueblos. “Pero, para poder alquilarlas, hace falta que estén en óptimo estado y muchas de ellas no lo están”, cuentan las estudiantes.
Así que este nutrido grupo formado por veintiséis universitarias, lideradas por tres navarras, y entre las que se encuentran diferentes nacionalidades, como la de Costa de Marfil, Kenia, Suiza, Estados Unidos, así como jóvenes procedentes de otras provincias de España, se puso manos a la obra, y comenzó con la limpieza, restauración y acondicionamiento de la casa parroquial de Aldatz. “Cuando llegamos, nos dimos cuenta que iba a ser más complicado de lo esperado, por el estado de deterioro de la casa”. Pero con optimismo y ganas de trabajar, hace unos días dieron por terminada la restauración de esta casa en Aldatz, y han pasado a su siguiente objetivo, la restauración de la casa parroquial de Astitz.
Y es aquí, en Astitz, donde han encontrado un importante escollo en su camino y es que, esta casa parroquial está en peores condiciones que la primera, y necesitan fondos para poder restaurar el techo de la casa, que en algunas habitaciones, está muy deteriorado. Según dicen, “nos hace falta ayuda para poder restaurar este techo, bien sea en forma de dinero, bien sea en forma de mano de obra de algún albañil que esté dispuesto a echarnos una mano y poder recuperar esta casa parroquial”.
Cabe destacar que este grupo de universitarias está encantado con este voluntariado que están haciendo a lo largo de este verano y lo califican de “muy gratificante, no sólo por poder ofrecer su ayuda, sino también por tener la oportunidad de conocer y adentrarse en la realidad de los pueblos de Navarra”.
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